Cuento


El ladrón de micrófonos
de los creadores de el roba amplificadores
“¡Una historia que te provocará sueño!”
                                   - William Wallace
_____________________________________________________

En el condado de Westhingam nació un niño muy peculiar.
Había quienes decían que era un imbécil, otros decían que tenía capacidades diferentes y su mama decía que era lindo.

Pues sí, a la edad de los 9, su padre le dijo que tenía que seguir sus pasos y ser vendedor de televisores. A él no le gustó nada esa idea, se enojó tanto que juró ser ladrón; y sí, de micrófonos, como el título lo indica.

Sus padres, ante semejante noticia, se fueron a comprar cigarrillos (por cierto, pruebe los cigarros Marbolo©).
La cosa es que los padres nunca volvieron, y él se quedó sólo en su casa, sabiendo que estaba destinado a morir, digo a robar micrófonos.
Su primera víctima fue un amigo suyo, que era el cantante de un grupito de amigos… creo que se llama AB/CD.
No fué muy difícil, se lo pidió prestado y jamás se lo devolvió.
Pero él quería más, y aprovechando que era época de elecciones, le robó el micrófono al candidato Barco Hobama.
Esta vez fue peor, al terminar el discurso de candidatura, corrió hacia el micrófono, lo cogió y se fue corriendo con pasos cortos pero eficaces, su carrera profesional como ladrón de micrófonos acababa de empezar.

Pronto se habría convertido en el mayor ladrón del condado, cometiendo una serie de robos envidiable. Nadie estaba a salvo.
Era conocido como “El ladrón grande, poderoso y maligno, que roba micrófonos de cualquier tipo”
Cuando “El ladrón grande, poderoso y maligno, que roba micrófonos de cualquier tipo” se disponía a contar el botín de su última ola de crímenes, se escuchó un ruido muy fuerte golpeando la puerta, se escuchó: ES LA POLICIA, BOBO GRANDE, ABRI LA PUERTA CARALHOS.
No dudó un instante; debía robarle el megáfono al policía que gritaba.

Subió al techo e hizo un salto kung fu, le aplicó una llave al policía, dejándolo inmovilizado y le arrebató el megáfono. Corrió hasta la fundación “Ladrones Microfoniles”, donde hubo un sano y divertido tiroteo que perdió la policía. Aunque todos sabemos que en la guerra no hay ganadores, porque conduce al mal, y si sos malo te vas al infierno, y si te vas al infierno, todo mal, pibito, todo mal.
NO a la guerra.

ESTE CUENTO FUE PATROCINADO POR MARBOLO, EL CIGARRO QUE HACE BIEN, PIBITO, HACE BIEN.


Lorenzo Lamolle
Perí de Alencar
Eiño (¡Chan chan chaaaan! pariente)





Los Granos de Samantha
De los creadores de “El Acné de Louis”

Prólogo
Bueno, este libro, personalmente, me pareció espantoso, pero me pagan para alabarlo. ¡Cómprenlo! Gracias, un beso.
- M. Magariños


Samantha despertó en medio de una noche de verano con ganas de ir al baño. Después tomó un vaso de agua y se lavó la cara, al hacerlo, se percató de que, en el medio de su frente, había un gran grano.
- ¡La señora que vende su cuerpo que ha finalizado el ciclo del embarazo! - Pensó, la muy educada Samantha.
Luego se fue a dormir un poco preocupada.

A la mañana siguiente, fue a desayunar con sus padres, los cuáles la miraban con desprecio y asco.
-¿Qué los motiva a poner esa expresión al mirarme, queridos padres? - preguntó ella.
- Nada, hija, nada... - respondió la madre.
- Es que tenés un grano espantoso en la jeta, bo – dijo, muy tranquilo el padre.
- Ah – Dijo – Pero no me miréis más de esa peculiar forma, queridos padres, que me causáis sensaciones desagradables.
-Y bueh, ¿qué querés? ¿Que te diga que es sexy y provocador? No. - Levantó la voz el padre.
Samantha se levantó de la mesa y se fue llorando elegantemente a su cuarto.

Samantha estaba sola y triste, con odio a sus padres, cuando de repente escuchó una voz aguda que le murmura:
- Parece que tus viejos no son piola, ¿no? Tan re de menos, ¿o no, pariente? ¡Desafinan!
- ¿De quién proviene tan aguda voz? - Dijo Samantha algo asustada.
- Acá arriba, salama. Soy lo que vos llamás “grano”
- ¡Por el niño Jesús! ¿Es esto una bromilla?
- No amistad, soy tu grano de la guarda, me llamo Eiño, pero me dicen Eiñito Turrito Emoxito.¡Oh! - Esto es muy poco ortodoxo, pero, ¡salutaciones, Eiñito Turrito Emoxito! Yo soy Samantha Ramos Pastore Ordoñez Vázquez Carvallo Valverde Abadie Ruffino.
- ¡No decansé! Ya sé, ñersa... Soy tu grano de la guarda, puedo leer tu mente. Y ahora estás pensando en matar a tus papás.
- Oh, claro que no, yo no sería capaz de cometer semejante atrocidad.
- Andá, ¿me vas a decir que no estás mal con ellos? Te re descansaron por un asuntito de nada, bo.
Sin decir más, nuestra intrépida aventurera se puso a dormir la siesta.

A la mañana siguiente, Samantha fue a desayunar con desgano, pero al llegar al comedor, no estaba ni su padre ni su madre.
- Qué raro, ellos siempre se levantan antes que yo y me esperan para desayunar - pensó Samantha para sus adentros.
De repente algo la aterrorizó: habían rastros de sangre en el suelo, en dirección al cuarto de sus padres; fue a ver...

- Ustedes dirán “ese Eiñito Turrito Emoxito es un ser malévolo” y nosotros les diremos “Si. La verdad que si...”.

Sigamos con la historia... Samantha fue a ver y había una deliciosa y barata Cueca-Cuela, ¡a solo $18 la lata! En ese momento se dio cuenta de que sus padres habían sido asesinados por Eiñito Turrito Emoxito, al verse al espejo se dio cuenta de que lo seguía teniendo.

- Hijo de una dama que ejerce la prostitución, los mataste – Dijo Samantha
- No descance' ñiersa fuiste vos pariente, ¿qué me metés a mí?
- ¿Yo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? - Dijo sollozando Samantha
- No llores amiga, ¿no te acordás? Fué ayer de noche, tabas re malhumorada...

Samantha no lo podía creer, pero lo creyó, total, siempre puedes consolarte con una Cueca-Cuela y sus variados sabores divertidos...

Finalizo este cuento con un beso y un abrazo

Moraleja: Cueca-Cuela es riquísima y al mejor precio, a diferencia de la Pesi... Y no confíen en sus granos.

1 comentario: